Hace décadas prometieron encauzar el río y montar un puente ferroviario, pero nada de eso se concretó hasta ahora.

A tan sólo 5 kilómetros del centro de Rosario de Lerma, del otro lado del río está la mejor zona de producción agrícola y ganadera de esta parte del Valle de Lerma. Su cauce indómito, en la mejor época de cosecha de tabaco impide la salida de los productos. Los pobladores de esta parte de Rosario de Lerma han sufrido por décadas el aislamiento social y económico.

Hasta la única escuela rural de la zona no recibe reparaciones en sus viejos muros de adobe. Los caminos se tornan fangosos ante la falta de previsión de quienes les corresponde mejorar la calidad de vida de la población. El olvido de Carabajal es total. El puente prometido hace décadas para sacar del letargo a una de las comunidades más antiguas de esta parte del Valle de Lerma sigue siendo un sueño.

“Tantas cosas nos han prometido. El puente que cruza el río ha sido una promesa que todavía estamos esperando. Esto permitiría sacar la producción sin problemas en época de lluvia. Sería salir del olvido”, dijo Isabel Cruz, vecina de esa zona.

Las lluvias comienzan a causar problemas desde mediados de diciembre, cuando el cauce aumenta considerablemente su caudal por los aportes de los ríos Toro y Corralito. Son ríos de montaña que crecen de forma imprevista y durante la ‡epoca de lluvias la creciente dura varias semanas. Incluso en los meses de marzo y abril, a veces, el torrente no deja cruzar a la gente entre uno y otro lado.

Un tractor con acoplado o un camión es el transporte ideal para cruzar cuando el río lo exige. “El puente iba a ser instalado con unas estructuras traídas desde Gemes. Y ahí quedaron los hierros, en Cerrillos. Jamás los trajeron a Carabajal. Quedaron allá. Nunca hubo un funcionario que pudiera concretar ese viejo anhelo”, contó un productor tabacalero de la zona, que ahora arrienda su finca.

Para permitir montar el puente y darle solución a la gente que vive en la banda oeste del río se debía encauzar el mismo, pero tampoco se hizo, a pesar de que casi todos los años llegan a Rosario de Lerma fondos para eso, pero nunca se realiza.

Esto permitiría hacer más angosto el sector donde estuvo planificado ubicar el puente ferroviario y hacer posible el tránsito peatonal y vehicular con normalidad.

Nunca se hizo. Lo que sí se logró fue que cada día aparezcan nuevos negocios de explotación de áridos y gente apropiándose de la rivera del río. De ancho, la parte más extrema llega hasta los mil metros.

En el camino original, por donde se cruza en la actualidad, son menos de 200 metros y podrían ser menos, de acuerdo a las previsiones de aquellos años. “Se produce tabaco del bueno, frutilla, verduras, hay ganado y otras producciones que se realizan desde hace años en esa zona. Además, el camino lleva a la central hidroeléctrica de Corralito. Cuando crece el río nadie puede pasar y todos quedan aislados”, acotó otro vecino de Carabajal.

Carabajal fue el inicio de Rosario de Lerma, allí comenzó a formarse la comunidad hace más de dos siglos. Después, con el tiempo, por el río y los problemas de las crecientes, se trasladó la población a la banda este.

Por estos días los vecinos deben luchar con el río para no quedar aislados, poder sacar la producción y buscar educación para sus hijos. Pero dos siglos después siguen quedando aislados cada verano.

Principales producciones

Las principales actividades económicas en esta zona del Valle de Lerma se concentran en torno a la ganadería, principalmente, y a la agricultura, como cultivo de tabaco Virginia, poroto, maíz, sin dejar de lado los forrajes como avena, centeno, cebada y alfalfa. En los últimos años también se introdujo el cultivo de chía, con buenos resultados.
El problema de los vecinos del lugar en verano es que para llegar deben hacer un recorrido de más de 20 kilómetros, siguiendo por la ruta 51 y llegando hasta Corralito, para de allí tomar la ruta provincial 103, que sí se mantiene transitable todo el año, porque cuenta con un puente sobre el río. 
Claro, no es lo mismo recorrer cinco kilómetros desde el centro de Rosario de Lerma, que hacerlo en más de 20 km.