La Guardia Revolucionaria iraní confirmó el ataque a base iraquí que alberga estadounidenses.

La Casa Blanca, en tanto, informó que el presidente Donald Trump se encuentra siguiendo las noticias sobre el ataque aéreo. “Somos conscientes de los informes de ataques contra instalaciones estadounidenses en Irak. El Presidente ha sido informado y está monitoreando la situación de cerca y consultando con su equipo de seguridad nacional”, expresó la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Stephanie Grisham.
En la misma comunicación oficial, la Guardia Revolucionaria suma una advertencia a los aliados de EEUU en la región: “Advertimos a los países aliados de Estados Unidos que si lanzan ataques desde sus países contra Irán, serán objeto de represalias”.
El presidente iraní Hasan Rohani había advertido este martes a su homólogo francés Emmanuel Macron que los intereses estadounidenses en Medio Oriente están ahora “en peligro”, tras el asesinato del general iraní Qassem Soleimani en un ataque en Irak. “Estados Unidos debe saber que sus intereses y su seguridad en la región están en peligro y no puede escapar a las consecuencias de este gran crimen”, declaró Rohani en conversación telefónica con Macron.
El ataque a la base se produjo también después de que distintas milicias pro-Teherán en Irak prometieran unir fuerzas para “responder” a un operativo estadounidense que mató al general iraní Qassem Soleimani y al principal comandante iraquí Abu Mahdi al-Muhandis en Bagdad la semana pasada.
La base Ain Al Asad es la mayor de las bases militares de EEUU; mientras que el contingente total en el terreno está compuesto por unos 5.200 soldados.
Ain Al Assad está ubicada en la provincia del Occidente iraquí de Anbar. Fue utilizada por las fuerzas estadounidenses desde el despliegue militar en el país en el año 2003 que terminó con el gobierno de Saddam Hussein.