La elección comienza a diseñar un nuevo mapa político en Salta.

Lo abultado del triunfo de Gustavo Saénz y de Bettina Romero es la expresión más llamativa de una elección que inaugura una nueva etapa en la historia de Salta.
La fórmula de Gustavo Sáenz y Antonio Marocco ganó por amplio margen en 20 de los 23 departamentos, pero en cada municipio la ciudadanía eligió los diputados, senadores, intendentes y concejales de acuerdo con el propio criterio. Esta vez no se apreció el “voto arrastre”.
Nuevamente, y como viene observándose desde hace una década, el peronismo salteño, de innegable arraigo popular, sigue diluyéndose en diversos frentes y fórmulas; pero al radicalismo le sucede algo parecido. Mario Mimessi derrotó a Eduardo Leavy y será el primer intendente radical de Tartagal en casi sesenta años. Pero lo hizo en la boleta de Alfredo Olmedo. El fenómeno se repite nuevamente en los sesenta municipios y esto puede ser la señal de que las identidades y la esencia misma de los partidos están en crisis.
La elección de ayer destronó también a Alfredo Llaya (Embarcación), a Juan Angel Pérez, (La Merced), Manuel Cornejo (Quijano), a Nardo García (Quebrachal), a Julio Jalit (Pichanal) y anticipa renovaciones en Anta, Las Lajitas y, a más largo plazo, en otros departamentos y municipios.
Probablemente, este sea el preludio de una reforma política que se demora, pero que es imprescindible. Una reforma que delimite razonablemente los mandatos, neutralice la eternización en los cargos y obligue institucionalmente a la dirigencia a respetar la alternancia. Hasta ahora, la dirigencia coincide en que “sería muy bueno”, pero cuando llega el momento de tomar decisiones, siempre aparecen razones para postergar la puesta en práctica.
Los vientos de renovación empiezan a vislumbrarse también en la presencia de mujeres en lugares protagónicos, una tendencia que supera ampliamente a la llamada “perspectiva de género”. Bettina Romero lo sintetizó en pocas palabras: “Cada mujer que se levanta es un hogar que se levanta”.
“La elección marcó el final de varias intendencias eternas en el interior”
En los discursos posteriores al escrutinio, Sáenz y Marocco parecieron haber percibido con claridad la nueva dinámica. El gobernador electo agradeció y convocó a Sergio Leavy y a Alfredo Olmedo, se dirigió con reconocimiento a Mauricio Macri y a Alberto Fernández y pronunció un enfático agradecimiento al ministro del Interior, Rogelio Frigerio. “En Salta no hay ni habrá grieta”, dijo. Y puso en agenda la realidad social salteña y la postergación de la provincia con respecto al centro desarrollado, lo que podría augurar que piensa orientar su gestión a la modernización productiva.
Bettina, a su vez, invitó a David Leiva a compartir con ella inquietudes y proyectos.
“Un escenario propicio para avanzar hacia la reforma política en la provincia”.
Si los días previos a la elección se vieron enrarecidos por denuncias y hechos de violencia, el cierre electoral del año dejó viva la sensación de que no habrá “vencedores y vencidos”. Hay un nuevo escenario político, sin duda. Y al parecer, hay voluntad de que también haya una nueva forma de vivir la política. Tendrán 1.461 días para demostrarlo.