
La gerenta de una farmacia ubicada en la avenida Belgrano aseguró que las ventas cayeron un 40% desde febrero. “Si bien los pacientes crónicos que requieren ciertos medicamentos complejos siguen viniendo, los clientes eventuales que antes entraban por un analgésico o curitas y se llevaban un desodorante, un maquillaje u otro producto que veían en las vidrieras; ahora ya no vienen. Solo ingresan clientes por una necesidad real. Ya no es la venta variada, amplia, que había antes”, describió.
En un relevamiento que realizó ayer, coincidieron en que la rentabilidad es cada vez menor.
“En general supuestamente deberíamos tener un 35% de ganancias sobre cada medicamento, pero ese es un margen mentiroso. Si la venta es en efectivo, por ahí puede rondar, pero si nos pagan con tarjeta tenemos un montón de descuentos y bonificaciones. Y si es con obra social, es peor, porque la ganancia es nula prácticamente. Hoy trabajar con obra social significa un pasamanos. Como mínimo demoran tres meses en pagarnos”, sostuvo la gerenta consultada.
Cuando los propietarios de la farmacias cobran, en algunos casos, no llegan a cubrir los costos de los medicamentos, ante las subas.
“Mientras intentamos cobrar se hace cada vez más difícil pagar los costos de personal, servicios, insumos. Seguimos manteniendo los 50 puestos de trabajo. Nos vamos acomodando, restando gastos, sacando ciertas cosas con la intención de mantener las fuentes laborales. Hasta el momento no se ha despedido a nadie”, hizo hincapié.
Los medicamentos, comentaron los farmacéuticos, vienen nomenclados y regulados, con un precio establecido.
Costos laborales
Desde otra farmacia pequeña, situada en la calle Balcarce, una encargada contó que hasta hace unos meses en el local trabajaban cuatro empleadas, pero ahora solo quedaron dos. “Nuestras compañeras estaban contratadas de forma eventual pero les dijeron que ya no les iban a poder renovar porque no hay dinero para pagarles sueldos, ya que cada vez se vende menos y eso nos pone mal, nos genera incertidumbre. No sabemos si a alguna de nosotras nos puede pasar lo mismo”, dijo con gran preocupación.
El gerente de otra cadena de farmacias situada en la zona de la calle Ituzaingó consideró que los costos laborales son muy altos.
“En nuestro caso los 60 empleados de distintas sucursales están bancarizados. Cobran lo que el sindicato indica. Nosotros hemos mantenido paritarias que casi han llegado al 40% el año pasado, o sea hemos estado a la par de la inflación, pero los remedios no aumentaron como la inflación. En general no han subido como otros productos. Están regulados por el Estado. Alguien puede decir que un remedio subió un 100%, pero es uno en 50 mil”, indicó.
El Tribuno