La empanadera murio ayer por la tarde a los 89 años. “Mi mamá una vez nos dijo que si por un día no la dejábamos trabajar, ella moriría de tristeza. Amaba hacer empanadas”, contó emocionado su hijo Américo
“Ese puesto de venta de empanadas era su vida”, expresó emocionado Américo Figueroa, uno de los hijos de la recordada Sara Moyano de Figueroa, la empanadera más reconocida de la provincia. “ No hay nada mejor que recordarla con toda su gloria y fama”, dijo.
La señora falleció ayer cerca de las 19 en el hospital Roca, en donde se encontraba internada desde hacía varias semanas debido a problemas de salud. La empanadera tenía 89 años.
Según cuenta su hijo, Sara tenía problemas de anemia y deshidratación. “Fue una mujer muy luchadora y trabajadora”, expresó Delia Fiad, secretaria de Turismo de Famaillá. “Era una marca registrada tanto en Tucumán como en el país. Hasta los artesanos se inspiraron en ella para crear sus obras”, dijo.